El mensaje oculto del amor

El perdón y el cáncer


Cuando hablo de sanación emocional y espiritual con enfermos de cáncer, suelen malinterpretarme y entender que hablo de apoyo moral. Piensan que sólo intento reconfortarlos y animarlos a adoptar una actitud más positiva. En un primer momento no perciben que el perdón puede ser la clave para mejorar su salud. Parpadean con escepticismo cuando digo que las toxinas emocionales son la causa de la enfermedad y que el perdón, acompañado de terapias adecuadas y de un cambio de estilo de vida, constituye un tratamiento de primer orden. Su incapacidad para entenderlo como una estrategia de supervivencia es una consecuencia del lavado de cerebro que todos padecemos y que sugiere que el tratamiento del cáncer siempre tiene que ser duro, drástico y agresivo. Con nuestra mentalidad bélica contra el cáncer resulta difícil imaginar que algo tan aparentemente suave y amable como el perdón pueda ser la respuesta al problema.

Sin embargo la ciencia, y en particular la psiconeuroinmunología, está demostrando que el perdón y otras formulas de sanación emocional y espiritual son sumamente eficaces, y que un enfermo de cáncer que no incluya el perdón en su protocolo terapéutico está ignorando una parte muy significativa del problema, y por consiguiente de su solución. Nuestra postura ante la enfermedad, basada en el miedo, nos nubla la vista y nos impide considerar el cáncer como un amigo y mensajero amoroso. En casi todos los casos esta enfermedad trae consigo un mensaje claro y una dirección sanadora.

Su amoroso mensaje es una invitación a liberarnos de emociones reprimidas o suprimidas por algo que ocurrió en el pasado, normalmente de dos a siete años antes de que emerja el cáncer. Suele ser una pérdida, una decepción, una alteración emocional grave y prolongada o una combinación de éstas. Quizá sea la pérdida de la pareja o de un hijo por fallecimiento o fracaso en la relación, ser despedido del trabajo, etc. Aún no he conocido a ningún enfermo de cáncer que no tenga algo parecido en su historia vital, algo que pueda haber sido el punto de partida, o incluso la causa, de su enfermedad. Estoy convencido que el cáncer empieza como dolencia emocional/espiritual y sólo se traduce en el plano físico a posteriori.

FUENTE: http://www.perdonradical.es/index.php/el-perdon-radical-un-gran-aliado-de-la-salud/